me dijo Cereza. así que les voy a contar una historia más bonita:
de cuando yo vi un hada.
tendría yo unos seis años más o menos, por que el recuerdo se siente igual de añejo que otros de esa época. estábamos en chapala como todas las semanas santas.
pasó una noche, muy noche, que estábamos los primos en algún lugar por la cancha, probablemente organizando un bote pateado o esperando a que el tío saúl regresara para terminar de contarnos uno de sus "cuentos de terror que no dan miedo". nunca volvía, nos dajaba ahí, asustados y abandonados en la mitad de la cancha, que en aquel entonces era mucho más tenebroso que ahora; antes había casa y luego cerro, cerro oscuro, cerro negro negro que apenas contrastaba con la noche azul marino. pero estaban las luces de la cancha.
por algún motivo volteé a dónde está el poste de las luces y entonces lo vi:
chiquito, entre 10 y 15 centímetros de alto, delgadito, verde brillante medio transparente, volando justo debajo de las luces de la cancha (del lado del estacionamiento).
era más bien una bola de luz verde que reflejaban las alas que revoloteaban rapidísimo de donde cogaban un par de piernitas delgadas y verdes, y en la parte de arriba de la bola de alas se podía más o menos adivinar una cabecita.
yo no lo podía creer. era un hada. un hada verde y chiquita volando en la cancha. y entonces se perdió en la oscuridad. no duró nada.
ojalá y mi cuento se acabara ahí, ojalá y mi mamá nos hubiera mandado a dormir o nos hubieran hablado para rezar el rosario, o algo, pero no.
duró tan poco y desapareció tan derrepente que no pude decirle a nadie: "miren!! un hada!!" y si les decía una vez que se había ido, pues nadie me iba a creer. pero en eso, malditación!!, en eso apareció de nuevo, y justo alcancé a preguntarle a mi hermano: "mira, mira! ¿qué es eso?" cuando en eso se le ocurrió pararse en el poste.
-"es una campamocha".
era una campamocha, era una maldita, estúpida y sin chiste mantis religiosa. toda la magia y el asombro que había en mi se murieron derrepente así. era una campamocha.
y entonces lo olvidé por años. pero ese instante de magia fue suficientemente fuerte para que nunca se olvidara por completo.
hace no mucho estaba con una amiga hojeando un libro de seres mitológicos que nos había prestado el jefe de jefes Don Fausto Ramírez. padrísimo el libro, lo he de comprar algún día. hablaba de todos los seres mitológicos y leyendas que hayan oído nombrar y de otros que no. y lo hacía con una seriadad como si se tratara de algo muy real. y venía con fotografías e ilustraciónes y recortes de periódicos de cuando alguno de estos seres hizo noticia en algún lugar del mundo.
y en la sección donde hablaba de los pegasos venía una foto de una pluma blanca blanca, enorme. el pié de foto decía: puma de pegaso encontrada por sabequién en sabedónde.
lo primero que pensé es que este güey sabequién de sabedónde se había hallado tirada la pluma, que seguro era de albatros o algo por el estilo, y pa pronto pensó "cielos!! una pluma de pagaso!!" y que anque su lógica, que de a fuerzas le decía que era más fácil que fuera de ave a que fuera de equino, nadie estuvo ahí para sacarlo de su fantasía, y el mugroso pájaro dueño de la pluma no se volvió a aparecer para reclamar su propiedad, así que sabequién decidió que su pluma era de pegaso y ya.
y entonces me acordé de mi hada. ¿y qué tal que la que vi primero sí era un hada? ¿eh? ¿qué tal? ya la segunda que apareció sí era una campamocha, que me caen bien, hasta eso, las campamochas, y que así es como han sebrevivido sin ser detectadas las hadas todo este tiempo, confundiéndose con campamochas.
yo quiero mi momento de magia, lo quiero de vuelta y lo quiero ahora.
yo ví un hada verde y chiquita volando en chapal cuando tenía más o menos seis años